Era de madrugada y desde lo alto de una duna, un grupo de
varones de ropas negras observaba al equipo de los hermanos Namikaze avanzar
por el desierto aun cuando tres de ellos estaban dormidos y prácticamente
cayéndose de los camellos.
— Ese si es fuerte – dijo un
varón pelirrojo y ojos verdes a sus subordinados, al reconocer al único miembro
despierto como aquel varón que dejo ir y pensó que el desierto lo había matado.
Y como si se sintiese observado, Sasuke dirigió su mirada
hacia donde estaba aquel grupo de varones y al reconocerlos también, tuvo un
mal presentimiento.
El sol pronto saldría, y mientras el grupo de los hermanos
Namikaze se detenía por orden de Sasuke, ellos divisaron al grupo de los
cazadores de tesoros acercarse hacia donde estaban.
— Buen día, amigo mío – dijo
Obito mientras se detenía y se posicionaba, al igual que el grupo de Sasuke y
los demás integrantes de su grupo, hacia el oriente.
— ¿Qué demonios hacemos? –
pregunto Hidan extrañado de que su guía y el del otro grupo se detuvieran.
— Paciencia, amigo, paciencia
– le respondió Obito mientras observaba el horizonte.
— ¿Recuerdas nuestra apuesta,
Sasuke? El primero en llegar a la ciudad gana 500 dólares en efectivo – le dijo
Kakuzu a Sasuke, quien movía la cabeza ante la actitud competitiva del engreído
cazador.
— Hay 100 para ti, Obito, si
nos ayudas a ganar la apuesta – le dijo Hidan a Obito sabiendo que su guía era
una persona capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
— Sera un placer – le
respondió Obito – Por cierto, Sasuke, lindo camello – se burló Obito, Sasuke
simplemente ignoro el comentario y acaricio a su camello, sabiendo que el
idiota de Obito se llevaría una gran sorpresa sobre lo capaz que puede ser un
camello.
— Prepárate – le susurro
Sasuke a Naruto, quien dio un respingo al sentir el aliento de Sasuke en su
oreja.
— ¿Para qué? – dijo Naruto con
las mejillas un poco sonrojadas por la cercanía del Uchiha.
— Van a mostrarnos el camino –
le respondió Sasuke al doncel, quien al dirigir su mirada hacia el oriente y
vio que a medida que el sol salía se empezaba a divisar Sunagakure, aquella
ciudad que desde que era pequeño soñaba con encontrar y hoy estaba ante él. La
vista era hermosa lamentablemente solo pudo apreciarla unos segundos más antes
de que perdiera el equilibrio por culpa de uno de los cazadores de tesoros en
su afán por ganar los 500 dólares, pero antes de que tocara el suelo, sintió
como unos brazos rodeaban su cintura y evitaban que cayera.
— ¿Está bien, señorito
Namikaze? – pregunto Sasuke al doncel con
preocupación mientras lo ayudaba a ponerse nuevamente en equilibrio en la silla
de montar. Había evitado por muy poco que Naruto se cayera del camello y la
idea de lo que le hubiera pasado al doncel si no hubiera reaccionado rápido
solo hacían que tuvieran muchas ganas de darle una paliza al irresponsable.
— Sí, señor Uchiha
— Llámeme Sasuke
— Ok, Sasuke, muchas gracias –
Naruto estaba algo cohibido por llamar al varón por su nombre de pila.
— No hay de que, Naruto – al
escuchar su nombre de los labios del varón, Naruto no pudo evitar nuevamente
ruborizarse ligeramente. “Naruto, deja de
parecer un adolescente enamorado, Sasuke es un patán” “pero nos salvo…” “
Basta, Sasuke es un idiota” , la conciencia de Naruto no pudo refutar nada
pues una voz lo saco de su lucha interna –
¡Naruto! ¿En verdad usted está
bien? – dijo Sasuke al ver que el doncel no le hacía caso.
— Sí, estoy bien
— Bueno…mejor hay que empezar a movernos si queremos ganar esos
500 dólares
— No creo que sea posible que
usted y yo tengamos chance de ganar la apuesta, estamos rezagados y ellos
tienen caballos.
— No lo creo, si bien ellos
tienen la ventaja de la velocidad por los caballos, estos animales son
propensos a cansarse, y necesitaran descansar un buen rato, tiempo que nos
permitirá alcanzarlos y rebasarlos, pues nuestros buenos amigos – dándole una
palmada a su camello – al ser animales del desierto no necesitan descansar
hasta muchas horas después.
Era cerca del mediodía y tal como lo predijo Sasuke, pudieron
alcanzar y rebasar al grupo de los norteamericanos, y ahora faltaban solo pocos
metros para llegar a la ciudad de Sunagakure. Naruto se sentía lleno de
adrenalina al saber Sasuke y él eran los que encabezaban la carrera.
Obito al ver que era muy probable que Sasuke ganara, empezó a
cabalgar más rápido hacia él y cuando estuvo a su costado empezó a golpearlo en
la cara con la vara que utilizaba para golpear a su caballo. Sasuke reacciono
tapándose la cara, para luego aprovechar un momento de descuido de Obito,
tomarlo de su camisa y lanzarlo de su caballo.
Al volver nuevamente a la carrera se topó con la sorpresa de que varios
del grupo de los americanos lo habían pasado y ahora iban detrás de Naruto,
quien animaba a su camello para aumentar la velocidad.
Al final, nadie pudo alcanzar a Naruto, quien al traspasar la
entrada de Sunagakure no pudo evitar
soltar un grito de felicidad por haber ganado la apuesta.
— ¡Rapido, Rapido …Tenemos
que terminar antes del anochecer! –
ordenaba Nagato a sus trabajadores egipcios, quienes se encontraban despejando
el camino de lo que parecía ser una entrada subterránea.
A unos cuantos metros de ellos, Kakuzu diviso a Sasuke atando una soga en
una columna, a Saburo siendo golpeado “sin querer” por la soga, a Naruto
limpiando un antiguo espejo y a Memma caminando por ahí.
— ¿Saben algo que nosotros no?
– pregunto Kakuzu a Nagato.
— Viven para un doncel, que
puede saber un doncel – dijo con burla Nagato, pero eso no basto para que
Kakuzu se quedara tranquilo pues a pesar de compartir la misma opinión acerca
del doncel, es del guía del grupo de quien no se fiaba.
— Es la estatua de Hagoromo, sus piernas están bajo la
superficie, de acuerdo a la escuela de Greenwich, aquí encontraremos un
compartimiento secreto que tiene el libro dorado – decía Naruto a los demás
mientras ubicaba uno de los antiguos espejos en una posición en la que el Sol
se reflejara – Memma se supone que debes
reflejar el sol – le indico a su hermano mayor, quien también se encontraba
manipulando otro de los antiguos espejos.
— ¿Y para qué son los espejos?
– le pregunto Sasuke mientras se acercaba al doncel.
— Espejos antiguos – le
corrigió Naruto – Es un viejo truco…ya
verás
— Aja – dijo Sasuke sin
comprender a que se refería el doncel – Bueno yo venía para…Esto...Esto es para
ti – entregándole al doncel un estuche – Es algo que tome prestado del equipaje
de los cazadores, creí que te gustaría y que lo necesitarías… cuando…bueno…ya
sabes – Sasuke se quería golpear así mismo por dejar en evidencia sus nervios,
así que mejor se alejó del doncel antes de seguir avergonzándose y sin escuchar
la respuesta del doncel ante su “regalo” – ¿Qué estas mirando? – le dijo Sasuke
a Saburo cuando se retiraba pues el jefe de la prisión se le había quedo
mirándolo con cierta burla por su comportamiento.
Naruto observó a Sasuke irse rápidamente que ni siquiera le
dio tiempo de agradecerle por el gesto. Al abrir el estuche no pudo evitar
sonreír al ver que contenía un set de herramientas básicas para un arqueólogo.
— Quien iba a pensar que
nuestro guía tendría un poco de
galantería, mira que regalarte este
set … ¿no lo crees hermanito? – le susurro Memma con diversión a Naruto, quien
al escucharlo no puedo evitar ruborizarse.
— Cállate, Memma….¿No deberías
de estar colocando los otros espejos correctamente para que el truco funcione?
— Ya los termine de colocar,
jefe
— Entonces es tiempo de bajar
Minutos más tarde, a través del “agujero” que habían
encontrado y que les daba vía libre para
ingresar al recinto subterráneo, Sasuke se encontraba bajando por la cuerda que
había atado a la columna con anterioridad, seguido por Naruto, Memma y Saburo,
este último se quejaba de los bichos que había en el lugar. Sasuke una vez se
encontró en tierra, encendió una antorcha para ver el lugar.
— ¿Sabes que estamos en un
recinto donde nadie ha entrado en más de 3000 años? – le comento Naruto a
Sasuke, sin poder ocultar la emoción que sentía por estar en este lugar.
— ¿Qué demonios es ese maldito
hedor? – se quejó a lo Memma al terminar de bajar.
Naruto se alejó un poco y encontró unos espejos antiguos similares
a los que se encontraban en la superficie. Limpio las telarañas de uno de ellos
y comenzó a moverlo hasta que el espejo reflejara la luz del sol, iluminándose
así todo el recinto.
— Ese es un buen truco – dijo
Sasuke con admiración.
— Por Kami, ¡Es un sanedger! –
dijo Naruto al ver ahora con total claridad el recinto.
— ¿Eh? – Sasuke no entendía a
que se refería el doncel, para el esto era simplemente una cámara que olía mal.
— Un salón de preparación
— ¿Preparación? ¿Para qué?
— Para pasar a la otra vida
— Momias, mi querido hijo,
aquí es donde hacían las momias – le tradujo Memma a Sasuke mientras encendía
otra antorcha con el fuego de la que sostenía Sasuke.
A medida que iban explorando el lugar se hacía más oscuro
pues la iluminación por los espejos no llegaba tan lejos. Adelante del grupo
iba Sasuke y mientras caminaban se podía escuchar ruidos lo lejos que
provocaban temor en Naruto, Memma y Saburo.
Poco tiempo después, el grupo llego a una habitación donde
por fin, encontraron lo que buscaban
— Las piernas de Hagoromo – dijo Naruto – el
compartimiento secreto debe de estar en algún lugar por aquí…
Naruto fue interrumpido por unos ruidos que se escuchaban demasiado cerca, y que provenían del
otro lado de las piernas de Hagoromo. Rápidamente Sasuke, Memma y Saburo sacaron
sus armas.
1…2…3
Sasuke salió primero apuntando con su arma a lo que sea que
este al otro lado, se sorprendió al encontrarse con el grupo de los cazadores,
quienes al igual que Sasuke también los estaban apuntando con sus armas.
— Verdaderamente nos asustaste
Uchiha – dijo Hidan al darse cuenta que no había peligro, solo eran los Namikaze.
— Disculpen – dijo Sasuke con
sarcasmo, bajando sus armas.
— Oye, ¿esas son mis
herramientas? – dijo Zetzu al ver el estuche que tenía Naruto en sus manos y
que casualmente se parecía al suyo.
— No lo creo amigo – dijo
Sasuke apuntándole con una de sus armas, ocasionando que los compañeros del
cazador alzaran sus armas en respuesta.
— Tranquilos, tal vez estoy
equivocado – Los presentes bajaron las armas ante las palabras del cazador.
— Bien…¡Feliz día
caballeros!...Tenemos mucho trabajo por delante – indico Naruto tratando de
romper el hielo.
— Fuera, este es nuestro sitio
– indico el guía del grupo de los cazadores de tesoros.
— Nosotros llegamos primero –
le reclamo Naruto y de nuevo todos se volvieron a apuntarse con sus armas.
— Esta es nuestra estatua,
amigo – le dijo Kakuzu a
Sasuke
— No veo tu nombre escrito
ahí, amigo – le respondió Sasuke, sin dejarse intimidar.
— Si bueno, ustedes solo son 4 y nosotros somos
15, no tienes ninguna oportunidad Uchiha
Mientras los varones discutían, Naruto descubrió por
casualidad que el suelo del lugar habia una abertura bastante profundo lo que
significaba que había una cámara por debajo esta.
— La he tenido peores
— Si igual yo – dijo Memma,
Sasuke solo le dirigió una mirada de “cierra
la boca”.
— Escuchen…Seamos buenos
niños…si todos vamos a jugar juntos hay que aprender a compartir – regaño
Naruto a los varones, provocando que la mayoría bajara las armas – Podemos
excavar en otro lugar – le dijo a Sasuke, dándole una mirada de “confía en mi”, y logrando que baja sus
armas.
— De acuerdo
elihen@hotmail.com
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