30 de marzo de 2015

Capítulo 2



  Vengan, acérquense por aquí y bienvenidos a la prisión de Konoha y mi humilde hogar… – dijo un varón gordo y bajo de estatura cuando los hermanos Namikaze ingresaron a la prisión.

  ¡Dijiste que lo habías conseguido en una excavación en Getsugakure! – dijo Naruto enfadado y asustado por encontrarse en este lugar peligroso; se apretó más el brazo de su hermano al ver a un feo varón guillarle un ojo mientras seguían al varón gordo, que según les habían dicho era el jefe de la prisión, Saburo.

  Pues me equivoque

  ¡Me mentiste!

  Le miento a todo el mundo, porque te crees tan especial

  ¡Soy tu hermano! 

  Eso te hace más vulnerable

  Memma, ¡Se lo robaste a un ebrio de la cárcel loca!

  Se le cayó del bolsillo, así que no creo que sea buena idea – dijo Memma tratando de dar media vuelta pero su hermano lo detuvo sujetando más el brazo y continuaron caminando detrás del varón gordo.

  Memma cuando dejaras de ser tan ridículo – bufo Naruto para luego dirigirse al jefe de la prisión – quiero saber porque ese varón está en prisión.

  La verdad es que no lo sé, pero oí que ustedes venían así que se lo pregunte yo mismo – dijo el Saburo mientras se detenía frente a unas rejas que tenía dos metros más haya una puerta cerrada – ¡Tráiganlo! – dijo el varón a uno de sus subordinados, quien atreves de un comunicador mando la orden.

  ¿Y que fue lo que le dijo? – le pregunto Naruto con curiosidad

  Dijo que solamente estaba buscando…diversión



La puerta antes cerrada se abrió para dejar pasar a dos gigantescos varones que arrastraban a la fuerza a otro varón y lo arrastraban contra los barrotes. Naruto al verlo pensó que más parecía un animal que un varón pues el que sus ropas estén rotas y su pelo completamente despeinado le daban una imagen de salvaje y peligroso.

  ¿Él es el varón al que le robaste? – pregunto Naruto a su hermano sin apartar la mirada del prisionero.

   Si, así que mejor nos vamos antes de que tenga una discusión – dijo Memma tratando de convencer a su hermano una vez más.

  ¿Quién eres tú? – pregunto el prisionero a Memma, haciendo que este tragara un poco de saliva por lo intimidante que era la mirada del prisionero – ¿Y quién es el tipo? – la mirada del prisionero se trasladó a la de Naruto.

  ¡Tipo! – dijo Naruto ofendido.

  Bueno…nosotros…yo soy una especie…eh…especie de misionero que esparce la palabra y… él es mi hermano Naruto – dijo Memma muy nervioso por lo peligroso que era el varón al que le había robado.

  ¿Cómo le va? – dijo Naruto muy educadamente al prisionero.

  Creo que no es tan dobe…– dijo el prisionero con burla.

  ¡De que está hablando! ¡Teme! – dijo Naruto no dejándose insultar por un salvaje que en lugar de ofenderse lo miro con diversión.

  Discúlpenme un momento – dijo el varón gordo a los Namikaze al ver que uno de sus subordinados lo llamaba.

  Pregúntale de la caja –  susurro Memma a su hermano una vez vio que el varón gordo estaba lejos.

  Bueno, señor… nosotros encontramos su pequeña cajita y venimos a preguntarle sobre ella…

  ¡No!

  ¿No?

  No…vinieron a preguntarme sobre  Sunagakure – dijo el prisionero sin rodeos mientras que Memma le pedía que bajara la voz.

  Pero…¿Cómo sabes que la caja pertenece a Sunagakure? – pregunto Naruto en voz baja.

  Porque ahí fue donde la encontré, estuve ahí…

  ¿Y cómo sabemos que no se trata de un engaño? – pregunto Memma un poco más cerca de él.

  ¿Lo conozco? – dijo el prisionero señalándolo pues la cara del joven varón se le hacía conocida.

  No, no, no … Tengo un rostro común…– pero antes de que terminara recibió un puñetazo en la cara por parte del prisionero, quien recibió por su acto también un golpe en la espalda por parte de uno de los guardias que lo custodiaba.

  ¿En realidad estuvo en Sunagakure? – dijo Naruto acercándose al varón; pasando por encima del cuerpo de su hermano que estaba tirado al suelo, inconsciente.

  Si, estuve ahí – dijo el prisionero con una sonrisa.

  Lo jura

  Cada maldito día

  No, no hablo de eso

  Se de lo que hablas, estuve ahí, la casa de Setí, la ciudad de los muertos…

  Po-podría, decirme como se llega hasta ahí – dijo Naruto con anhelo y al ver que el hombre le dijo con la cabeza que sí. El doncel se acercó aún más al varón, se sacó el sombrero y se  tapó el lado izquierdo de su rostro – La localización exacta – preciso Naruto. 

  ¿Exacta?

  Si

  ¿En verdad quieres saberlo?

  ¡Si! – dijo Naruto acercando más su cara a la cara del varón, quien hizo una seña con su dedo para que se acercara más aún y Naruto inocentemente lo hizo, pero para sorpresa del doncel, el varón lo tomo de su mentón y le dio un beso en sus labios, para luego separarse sin soltar el mentón del doncel.

  ¡Pues sáqueme de este lugar! – grito el varón antes de que los guardias lo golpearan, claro que esta vez el varón opuso resistencia más aún cuando los guardias empezaron a jalarlo hacia la salida – ¡Hagaló! – volvió a decir el varón antes de desaparecer detrás de la puerta.

Naruto que aún seguía en shock por el hecho de que ese salvaje varón le había robado su primer beso, salió de su estado ante las últimas palabras del varón.

    ¿A-a donde lo llevaran? –  pregunto Naruto al varón gordo, quien había vuelto a su lado en algún momento.

    ¡A la orca! Pero no se ponga triste, por lo que veo realmente el pobre la paso muy bien antes de morir – dijo Saburo antes de irse a ver la ejecución dejando a Naruto sin palabras por la noticia. 

Naruto sin perder tiempo le encargo a un guardia que vio por allí que despertara a su hermano, quien seguía aun inconsciente en el suelo; y se encamino a darle el alcance al viejo gordo para poder hablar con él y lograr salvarle la vida a ese salvaje y atrevido varón, que desafortunadamente representaba su única oportunidad para llegar a Sunagakure. El doncel fue guiado por otro guardia hacia el palco del jefe de la prisión, y mientras se sentaba a lado del viejo gordo vio como el salvaje varón era llevado por unos guardias hacia la orca que se encontraba en medio del patio.

    Le daré 100 yenes por salvarle la vida – dijo Naruto a Saburo, rezando interiormente por que el varón aceptara su oferta.

    Señorito, yo pagaría solo 100 yenes por verlo colgar – dijo Saburo para dirigir nuevamente su mirada hacia el patio y ver como el prisionero subía a la horca.

    ¡200 yenes!  – volvió a intentar Naruto, no se daría por vencido.

    ¡PROCEDAN! – grito Saburo a su subordinado que oficiaría la ejecución.

    ¡300 yenes! – dijo Naruto al ver que le ponían al salvaje varón la soga al cuello.

    ¡Tú último deseo puerco! – le decían al prisionero mientras le ajustaban la soga al cuello.

    Si, quítame el nudo y déjame ir

    ¡Jefe! ¡Quiere que lo deje ir! – grito el subordinado desde el patio a su jefe.

    ¡No lo dejaremos ir! – grito Saburo de vuelta y el subordinado procedió a la ejecución.

    ¡500 yenes! – volvió a ofertar Naruto casi duplicando su oferta anterior, lo que atrajo la atención del jefe de la prisión

    ¿Y qué más?...Soy un varón muy…– dijo Saburo mientras acariciaba la pierna de Naruto, quien ofendido por la sucia proposición golpeo la mano del varón con el libro que tenía en sus manos. Sin embargo esta acción causo que el varón gordo herido por el rechazo indicara a su subordinara para que dejaran caer al prisionero, y eso pasó, sin embargo el salvaje varón no murió – ¡Su cuello no se rompió! – grito el varón gordo asombrado por la suerte del bastardo mientras los otros prisioneros, que habían estado atentos a la ejecución se empezaron a alborotar por la suerte de su compañero y darle gritos de apoyo al ver que este no intentaba sacarse la cuerda que lo estaba asfixiando – Ahora veremos cómo se estrangula hasta morir…

    Él sabe dónde está Sunagakure – dijo Naruto sacando su último recurso para salvar al prisionero.

    No es cierto – dijo el varón gordo con incredulidad.

    ¡Nunca miento!

    Me está diciendo que este desgraciado hijo de perra, sabe dónde está la ciudad de los muertos – miro hacia el  prisionero que seguía tratando de sacarse la soga pero solo lograba que esta se apretara aún más.

    Si

     ¿En serio?

    ¡SI! Y si lo suelta, le daremos el 10% – Naruto endulzo más el trato.

    50%

    20

    40

    30

    25

Naruto sonrió – Echo  

     ¡Ahi! – se lamentó Saburo al darse cuenta de su error para luego dar la orden – ¡CORTEN LA SOGA!


Naruto observo como el ahora ex-prisionero cayó al suelo tociendo y mientras los demás encarcelaros festejaban por la buena fortuna de su compañero, este alzo su mirada hacia donde estaba él, causando que sus miradas se cruzaran, y pudo notar que este con la mirada le agradecía el haberlo salvado, suspiro, solo esperaba que en verdad el varón lo llevara a Sunagakure. 

                                                 


No hay comentarios:

Publicar un comentario