— Realmente crees que se presentara –
le pregunto Naruto a su hermano al no ver a su guía, el señor Uchiha, en el
puerto de Konoha. El doncel junto con su hermano se encaminaron hacia el barco mercante que los llevaría por
río hacia el poblado de Kategura, y desde allí partirían a caballo hacia
Sunagakure.
— Si, sin duda conociendo mi suerte.
Debe ser un vaquero, conozco a su clase y su palabra vale – le dijo Memma con
seguridad, aunque él tampoco podía negar que también estaba un poco preocupado
de que su guía no venga pues no lo habían visto desde que lo sacaran de prisión
pues el varón luego de ser liberado solo les dijo que los esperaría en el
puerto en dos días alrededor de las 7 am (hora en la que la mayoría de los
barcos salía hacia Kategura) y que ellos tenían que comprar los boletos del
barco.
— Personalmente, aniki, creo que es
desaliñado, grosero y totalmente ignorante, la verdad no me simpatiza.
— ¿Alguien que conozco? – escucharon
decir detrás de ellos, inmediatamente reconocieron a quien pertenecía esa voz,
y lentamente (más Naruto que Memma) voltearon a ver hacia atrás, sin embargo
los hermanos se sorprendieron al ver el cambio de imagen de su guía. Naruto no
pudo evitar ruborizarse pues frente a él se encontraba un apuesto varón
correctamente vestido y limpio en lugar de aquel sucio y salvaje varón que
conocieron en la prisión.
— Ah…oh…hola – dijo torpemente Naruto
cuando el varón poso su mirada sobre él causando que su corazón se
acelera. “Genial, Naruto, quedaste como un tonto ante él” pensó Naruto al
ver como el Uchiha mostraba una sonrisa divertida ante su torpeza.
— Buen día para empezar una aventura,
señor Uchiha – dijo Memma con una sonrisa al recién llegado.
— Si, si, hermoso – dijo el varón
mientras aseguraba bien su billetera dentro del bolsillo de su chaqueta.
— Oh, no, jamás le robaría a mi socio,
¡socio! – dijo el varón ojiazul riéndose al igual que el Uchiha, aunque este
tenía una risa fingida.
— Me pregunto si no me guarda rencor
por él …– decía el Uchiha mientras hacia una seña de como si le diera un
puñetazo.
— ¡No! No me pasa todo el tiempo
— Señor Uchiha – dijo Naruto para
llamar la atención del varón pues quería que este le resolviera una duda.
— Si
— Podría mirarme a los ojos y
garantizarme que no se trata de una tomadura de pelo, porque si es así, le
advierto que yo…
— ¿Usted me advierte? – dijo Sasuke
divertido por la “amenaza” del doncel – Deje decirle esto, mi maldita
guarnición creía tanto en esto, que sin tener ordenes, marcho por todo Libia y
llego a Egipto para buscar la ciudad y al llegar ahí solo encontraron arena y mucha
sangre…– Y con estas últimas palabra
tomo las valijas de Naruto y subió por la rampa de abordaje del barco, dejando atrás
al doncel con la palabra en la boca.